Con una escasez de mano de obra agrícola en todo el mundo y
con datos demográficos que muestran que la edad media de los agricultores sigue
subiendo, la lucha por asegurar nuestra producción de alimentos no es una
opción, tal y como se dejó entrever a los asistentes al pasado Foro Europeo de
Robótica 2012. A la par de esta incertidumbre sobre el futuro, en el mundo
desarrollado, al menos, existe una creciente preocupación sobre la calidad del
producto y la seguridad, así como por el impacto ambiental de la agricultura.
Hasta ahora, gracias a una gran confianza a gran escala en
la agricultura mecanizada en combinación con una mano de obra barata en las
economías emergentes, el despliegue de la robótica se había limitado a un
pequeño número de tareas específicas, tales como el ordeño, dosificación de
alimentos para el ganado o la limpieza de la granja ”, explicó el profesor Simon Blackmore, director de Ingeniería
de Harper Adams University College. “Intentos anteriores
de construir robots complejos que utilizasen sensores ópticos para, por
ejemplo, el cultivo de cosechas difíciles de manejar o delicadas, acabaron en
fracaso. Las máquinas no eran lo suficientemente robustas, y sí demasiado
lentas y caras”. Investigadores llegaron a la conclusión que una combinación de
la coordinación visual-manual humana, la destreza en la manipulación y un
reconocimiento avanzado de objetos no resultaba sólo deseable, sino también un
reto.
Con el apoyo de la redes europeas de robótica EURON y EUROP
se fundó en el pasado Foro Europeo de Robótica el EARN (European Agricultural Robotics Network). “Hemos
empezado con una hoja de papel en blanco”, comentó Blackmore. “Estamos reevaluando
todo el enfoque a la agricultura. Por el momento, los cultivos se plantan en
filas rectas para adaptarse a las máquinas. Pero, ¿qué pasaría si se plantara
siguiendo los contornos de la tierra y teniendo en cuenta las condiciones ambientales
de cada metro cuadrado a cultivar? El aumento potencial de la producción sería
inmenso si se pudiese cultivar y recolectar de una forma dirigida, y no de
forma mecánica. Estamos hablando de microcultivos, deshierbe mecánico y siembra con pequeñas e inteligentes
máquinas autónomas y modulares”.
Los delegados en el Foro pudieron ver en acción prototipos
de robots multitarea desarrollados por las universidades de Copenhague, Wageningen (Países Bajos) y
Kaiserslautern (Alemania), y el instituto de investigación WUR, de los Países
Bajos. Uno de los prototipos fue Crop
Scout, un explorador robótico de cultivos que actúa como una plataforma de
seguimiento capaz de realizar mediciones en los cultivos y detectar
enfermedades. Actualmente, los agricultores suelen utilizar pesticidas y
herbicidas de forma preventiva, rociando sus cultivos presenten o no plagas o
enfermedades. Los ensayos con el explorador de cultivos Crop Scout llevaron a una
reducción del 98% en la cantidad de producto pulverizado, ya que el
pulverizador robótico enviado por el explorador sólo trataba las superficies o
plantas concretas afectadas por enfermedades o plagas.
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